El Teatro Parroquial presentó este sábado 12 Las puertas abiertas del infierno, una obra que combina el absurdo y el grotesco bajo la dirección de Dante Mazzeo. Con funciones los domingos a las 19 y sábados a las 21 durante abril, la propuesta destaca por sus actuaciones y una puesta en escena minimalista centrada en el poder de la palabra.
Tres actrices llevan el peso de la narración: Silen Cambareri como Ulrike, una actriz que prefirió la muerte a la lucha por un papel secundario; Alejandra Báez en el rol de Orietta, una directora de escuela fallecida accidentalmente; y Verónica Rubano como Barbie, una mujer ingenua que se quitó la vida por amor. Cada una despliega un registro sólido, sosteniendo la atención del público sin necesidad de acción física.
Marcela Cincunegui aparece en una breve pero impactante intervención como Ana Bolena, reforzando la idea de que no hay roles pequeños cuando se trabajan con intensidad. La escenografía, apoyada en recursos audiovisuales a cargo de Lucas Rubano y Clara Troncoso, crea una atmósfera inquietante que define este infierno particular.
La obra, escrita por Patricia Suárez, deja abierta la interpretación sobre el destino de sus protagonistas, invitando al espectador a reflexionar. Al cierre de la función, Mazzeo agradeció al público y remarcó la importancia de su apoyo para sostener el espacio cultural.
Una propuesta arriesgada, con performances destacadas y una dirección que apuesta por el teatro de ideas.
