La ciudad se ha visto afectada por el creciente fenómeno de las picadas y caravanas de motos, que han generado molestias y enojo entre los vecinos. Los domingos se han convertido en el día elegido por un grupo de jóvenes para congregarse en "la chicana" y recorrer las calles de la ciudad, realizando cortes con sus motos.
Lo más preocupante de esta situación es la falta de precaución por parte de los conductores y acompañantes. La mayoría de ellos no utiliza casco protector, poniendo en riesgo su propia seguridad y la de los demás.
Estos actos se llevan a cabo de manera sistemática y evidencian la ausencia de presencia policial en las calles, así como la falta de controles por parte de las autoridades de tránsito municipales.
Resulta alarmante también la ineficacia del centro de monitoreo municipal, el cual no ha logrado advertir estas conductas reprochables y tomar medidas al respecto.
Ante esta situación, los vecinos afectados exigen una mayor presencia policial y controles de tránsito en la ciudad, así como una mayor efectividad en el funcionamiento del centro de monitoreo.